* Como parte del Quinto Seminario Internacional “Patrimonio Cultural: Turismo y Pueblos Indígenas”
Cancún, Q.Roo, México, 22.marzo.2023 .- La Dra. Cristina Oehmichen Bazán, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, hizo un llamado a dirigir la actividad turística a una fase post pandemia, que encuentre una guía en proyectos que no se olviden de la parte humana y el respeto.
Durante la conferencia “Antropología del turismo: temas y enfoques”, impartida previamente, explicó que esa disciplina estudia las sociedades contemporáneas y el uso distinto del espacio, como sucede entre Cancún, Isla Mujeres y Acapulco. “En la Antropología nos planteamos preguntas como: ¿Por qué este paisaje es diferente? ¿Cómo se relacionan los turistas y los anfitriones? La relación entre los huéspedes y los anfitriones se desvanece”, afirmó.
Señaló que durante el desarrollo preneoliberal se puede identificar el desarrollo del pequeño comercio. De la década de 1990 hacia acá se identifican los modelos de negocio con el cierre de las playas. Al relacionar al turismo con la antropología, indicó, resulta imposible estudiar al turismo de una manera aislada. “No podemos analizar los roles de los agentes turísticos si no nos preocupamos por la calidad de vida y por las condiciones en las que viven”, dijo.
En los estudios del turismo, dijo, se distingan tres etapas: la primera se da a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, con el surgimiento del turismo de masas; la segunda, alrededor de 1960, se centra en la atención en el turista y se da un trato personalizado y humano; la tercera, en 1990 la atención se vuelve impersonal y robotizada.
Lo anterior, dijo, nos ayuda a comprender que el estudio del ser humano está en constante cambio. La vida no es estática, se adecua a las necesidades. No se puede asumir que actualmente estamos viviendo un solo tipo de turismo. Sabemos que existe una clasificación del turismo que incluye el turismo de salud, el turismo rural o el ecoturismo que forman parte del turismo alternativo que busca la sostenibilidad y que es opuesto al Turismo de Masas.
Actualmente, “se escuchan las opiniones de los pueblos, su involucramiento y el reclamo de sus bienes. Esto se ha de tomar en consideración en las distintas maneras de hacer turismo, respetando la comunidad y su contexto”, afirmó.
La Dra. Oehmichen Mencionó ejemplos de pueblos indígenas que promueven el turismo en diferentes partes del mundo: como los Kuna Yala en Panamá, y los mayas en Tihosuco, Quintana Roo.
Destacan las desigualdades en la movilidad del sector turístico
Como parte del Quinto Seminario Internacional “Patrimonio Cultural: Turismo y Pueblos Indígenas”, que coordina en conjunto con la Mtra. Consepción Escalona, del Departamento de Turismos Sustentable, Gastronomía y Hotelería de la Unicaribe, la Dra. Cristina Oehmichen, señaló que actualmente se está generando una intensa movilidad de personas a nivel mundial y la industria turística es una de las que más la propicia; sin embargo, agregó, en este fenómeno también se reproducen las condiciones de desigualdad que generan factores como la clase económica y social, el racismo y la inequidad de género.
Durante la conferencia “Procesos de movilidad y trabajo, en el espacio turístico global”, resalto en impresionante incremento de la movilidad de personas a nivel global: En 1950 se registraron 2 millones de personas que cruzaban las fronteras de manera legal; en 2006, la cifra se incrementó a 600 millones, y en 2019, el número se duplicó a 1,400 millones, los que se suman 250 millones de refugiados, migrantes y desplazados.
Señaló que al mismo tiempo que se promueve la movilidad a través de la industria turística, se implementan todo tipo de medidas para frenar la migración. Destacó que el fenómeno de movilidad se realiza en serias condiciones de desigualdad, las cuales dependen de la situación legal (con visa o sin visa); con dinero o sin dinero; para turistear o trabajar, y la seguridad con la que viajas, dependiendo si eres hombre o mujer.
“Las y los turistas se desplazan a otro país o al interior del propio, con el fin de disfrutar del paisaje de un lugar, del patrimonio arqueológico o del confort de un hotel. En tanto que las y los migrantes se mueven en búsqueda del trabajo de sus sueños, con el propósito de mejorar las condiciones de vida de su familia. No es lo mismo viajar con un pasaporte y con una tarjeta de crédito que hacerlo de ´mojado´", dijo.
En este mismo sentido la Dra. Oehmichen abordó también el uso de la tecnología en las movilidades, resaltó que por una parte ésta brinda ventajas en la planificación de los viajes, en los desplazamientos o en la recepción de los turistas y por otro lado la tecnología es utilizada para limitar el ingreso de los migrantes a otros territorios.
Indicó que mientras para el turista se construye infraestructura a su servicio, para frenar la migración se levantan bardas. No obstante, en 2020 la ONU señaló que 281 millones de personas vivían en un país distinto a su lugar de nacimiento, y en 2017, había 22.5 millones de refugiados, más de la mitad, menores de edad.
Otra de las reflexiones que incluyó la ponente fue respecto a la invisibilidad de las y los trabajadores en el campo laboral del turismo.